miércoles, 9 de julio de 2014

TARTA DE CUMPLEAÑOS CON FORMA DE COJÍN DE BOLILLOS, PARA MI MADRINA!

HOLA!!!!

Os traigo otra tarta de cumpleaños!

Si, si, otra de cumpleaños! No me he vuelto loco, no, es que en verano nace mucha gente! Ha, ha, ha! Ya sabéis, cuando empieza a hacer frío... me entendéis, no?

Esta vez, hice una tarta de cumpleaños para mi MADRINA, que cumplió años el domingo y fuimos toda la familia a celebrarlo a su casa con una gran comida!

Y para el postre... pues si, lo habéis adivinado, la TARTA EN FORMA DE COJÍN DE BOLILLOS que le hice!!!



No os voy a decir los años que celebrábamos, eso lo dejo para la intimidad de la familia, ya me entendéis verdad? He, he, he!

Esta es LA TARTA. 

Hice una tarta con esta forma porque mi madrina es una gran apasionada y conocedora de este arte taaaaan complicado. En serio, hace falta un curso intensivo para poder entender su funcionamiento, muy difícil!
Yo sabía que le haría mucha ilusión y que no se esperaría una tarta con esta forma.



Como podréis ver en las fotos, intenté reproducir los detalles más visibles y característicos del "mundillo", como los bolillos, el patrón y los alfileres, algunos elementos con más o menos acierto.

Para toda la decoración utilizé fondant blanco, y lo teñí según los colores que tenía que utilizar. Y os tengo que decir que, con el calor que ha estado haciendo estos días, trabajar con el fondant es muuuy complicado! La humedad y el calor hacen que se vuelva demasiado blando y pegajoso, cosa que dificulta muuuucho manipularlo. Pero no hay nada que no arreglen un poco de azúcar glasé y la nevera! He, he, he!


Pero todo el trabajo que tuve para hacerlo quedó compensado con creces cuando llegué a su casa a la hora de comer, y abrió la caja donde le traía su tarta!

Una gran sonrisa, unos ojos tremendamente abiertos por la sorpresa... mereció la pena ocupar las pocas horas libres que tengo en hacerlo!!

En cuanto al bizcocho,
una base de tarta Sacher, con mucho chocolate y con mermelada de albaricoque. Esponjoso pero firme y con un graaan sabor a cacao, que es un sabor universal, que a todos nos gusta, a que si?


Y todo fue genial durante la comida. Nos reímos todos, contamos anécdotas familiares... y comimos mucho, mucho pastel. Eso sí, después de que ella soplara las velas!



Es que ella sabe el secreto...

LA VIDA SIN DULCES... NO ES VIDA!!!

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